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domingo, 16 de março de 2025

Cap. 16 - ¡¡¡ Sorpresa !!!

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En el dia siguiente

En la plaza...

— ¿Donde está esta gente?  Yo, Néstor, no puedo aceptar eso... — Néstor deja de hablar y respira hondo.  — Dice Tiago que tengas cuidado con tu lenguaje.  Mira aquí murmurando... Lo siento, cometí un error y voy a hacer un esfuerzo para no cometer más errores.

— ¡Buen día! Don Néstor, los muchachos me pidieron que le dijera que hoy su reunión será en la casa de Doña Nana.

— ¡¿És?!

— ¿Vamos? — Don Nestor sigue a Rosita hasta la casa de Doña Naná.  Cuando llega, sus amigos cantan sus felicitaciones.

— Te acuerdas de mi cumpleaños.

— Y tenemos este.

— ¿Más comida?

— Conseguimos una plaza en el Centro de Rehabilitación de Acoolatra.

— ¡¡¡Muchas gracias!!!


Una semana despues

En el quiosco de la plaza...

— Chiquito, ¿podremos visitar al Don Néstor?

— No. Encontraron a la exmujer de Don Néstor.

— ¿ Ella va a visitarlo?

— Sí.

— ¡Buen día! — Doña Nana los saluda.

— ¡Buenos días!

— Terminé  Santiago. Ayúdame a entender Santiago 5.

— Sí.

— ¿Cómo se oxida el oro?

— El pastor nos lo explicó.  Eso solo oxida el metal enterrado.  Que este metal es nuestro talento.  Si mi talento y el de Pepito es servir en el altar.  Tenemos que estar ahí y no escondernos detrás de la Iglesia. 

Todo el mundo tiene talento.  Algunos se lo guardan, otros lo ponen en servicio y multiplican las obras de Dios y otros aún no han descubierto su talento.

— Entendí.  Y tenemos que tener la paciencia del agricultor para multiplicar estos talentos.

— ¡Exactamente!

— No jures, porque no tienes poder en el futuro.  No murmures, no resuelve nada.  Lo que resuelve es acción.  Si no tiene fuerzas, pida ayuda.  Ore, cante, arrepiéntase y pida ayuda al sacerdote.

— ¡Eso!

— En mi religión no hay sacerdote.

— ¿Y cómo te confiesas?

— No confesamos.  Eso es lo que estaba viendo aquí.  Puedes explicarme la confesión.

— El sacerdote nos explicó que los judíos contaban todos sus pecados por un macho cabrío.  Esta cabra escuchó a todos los judíos.  Entonces esta cabra fue sacrificada.

— Jesús, fue sacrificado y nos absolvió de todos nuestros pecados.  Él nos liberó.  Y cuando recordamos todo esto en la Misa.  Estamos siendo liberados nuevamente.  Pero necesitamos contarle a alguien sobre nuestro pecado.  — Completa Pepito.

— ¿Y el cura no se lo dice a nadie?

— No. Después de que te absuelve, se olvida.  Pecado confesado, pecado borrado.

— Después de leer a Santiago, descubrí que todo lo que creía va en contra de la voluntad de Dios.

— ¡Entonces conviértete!  — Dice el cura.

— ¿Y qué hago con el orfanato?

— Puedo usar las ganancias de la academia para cuidar de él.  —Dice Judas.

— Conocer a Jesús convierte.  Nunca vuelves por donde viniste.  — Dice el pastor.

— Gracias por el apoyo. — Estudian Proverbios y luego Doña Naná se confesará.


Una semana antes de Navidad

En la plaza...

— Pepito, ¿cuántas galletas vendiste?

— ¿Diez paquetes y tú?

— Nueve.  Una niña sugirió que vendamos chocotone.

— ¡Seria muy bueno!

— ¡Don Nestor!  — Los chicos lo abrazan.

— Guardamos tus cosas.

— Ya no los necesito.  Pero de mis amigos sí.

— ¡Ay!  ¡Ay!

— ¡Sancho!  Mi viejo amigo.  — Él acaricia al perro.

— ¿Ya no vas a vivir en la calle?

— ¡No!  Voy a vivir en una casa pagando alquiler a Judas.  Voy a trabajar en la Clínica de Rehabilitación.

— ¿Qué vas a hacer?

— Ser un doctor.  Soy un cardiólogo capacitado.  Pensé que por ser alcohólico nunca volvería a ejercer la profesión.

— ¡Pero ahora vete!  ¡Felicitaciones a Don Nestor!

— Gracias chicos.  Mi ex esposa me dio todos mis libros. Yo quería regalarte los de literatura.

— ¡¡¡Obaaaaa !!!


 El fin

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